20090103
Pamela Romano
La Paz, Bolivia 1985.
paceña, portoalegrense, escritora, neoboluda, seudovisualista, tejedora, aracnofóbica, desmemoriada, fumadora, miramenometoques, pianista frustrada, hualaycha, nostálgica, apasionada, metafóricamente siamesa, hija única, curiosa, bebedora de cerveza barata.
Pensemos, si no, un solo momento, en esos tigres que revolotean
en su jaulita colgada del muro, junto al geranio.
S. Sarduy
el empeño de la luz en cada cosa: los restos juegan a hacer la sombra / y eso es todo
cuando necesariamente haya que esforzarse por librarte de mí: los gusanos
que se arrastran guardados en una pequeña caja en medio de otras tantas cajas
o eso hermético y conexo —Espaliú en “Luisa II”— justamente cuando dijiste
la palabra prolongada en la u (lo último): jaula / esto es una jaula
entiendo
basta mi mano para tal caso y —recapacito— tendrá que haber algo —algo—
de placer en la obra manca cuando sólo quede la pluma gris (tuya)/ el odio a las palomas entonces no habrá sido en vano: se justifica cada vuelo o verso frustrado y sus piojos
a veces la repartición de migajas que dábamos a ojos cerrados para que nos aturdan más
y finalmente se vayan cuando empiece a oscurecer / en ese banco de plaza obsoleta
(siempre regreso) quizás quede el escombro de tu escombro
—recogerlo / sus piojos
o un cartón con qué cubrirse
razones del pelo largo y suelto
por lo demás
se rastrean migajas en la mesa después de la cena:
hubo
buen apetito y postre —y no es por nada y no es
suficiente: que te vayas prevenido te digo / esa señora
ha sacado de las mechas a su hija después del berrinche
el performance de la noche —grandioso— indicio del fin
en este local que cerrarán pronto / y yo no sé nada / no me importa
pagar esa fabulosa cuenta después de los cubiertos recogidos
a manera de señal (posiblemente
ahora los enjuagan y no hay mayor problema: cita apenas —el que refriega
a Clarke: spoon and fork):
es que afuera no hay nadie
que pague ni siquiera por un dulce / y saber que después de todo
tuvo algo lo nuestro en el rincón de esta mesa: escribir como si se jalara
hasta dar con la calvicie cuando se es la madre y la hija (mal parida)
a la vez
muy mal parida
a carbón o a pluma o a tiza se es a la vez —pataleando: interesante
espectáculo que siempre resulta eficaz para salir airosos
digamos satisfechos —escribiendo o ese berrinche— sin pagar ni un centavo:
aquel proverbio tropical muy sabio que decía (música de fondo): si del cielo
caen limones _______________ aprende a hacer limonada
un regalo pérfido que no deja de ser —añado discretamente a tu oreja
agrio
Sergio Gareca
Nació en Oruro, Bolivia en 1983.
Ha publicado Historias a la luna (2004) y Bostezo de Serpiente Infinita (Poesía Visual) 2009. Poemas suyos pueden encontrarse en Cambio Climático: Panorama de la joven poesía boliviana.
Poemas Visuales
Poema
Relación sobre un ser superior
Mi perro, esta mañana, es dueño del sol.
Recostado, estrellas hacia adentro,
se disfruta y no siente el peso
de ese cuerpo que parece el aire y no es,
esa tristeza circundante y tendenciosa.
Viene de un camino más grato que el mío.
Sin políticaSin religión
y, desde luego, sin culpa.
Ya estás un poco viejo,
pero tiene esa predisposición
de ir hacia la muertesin prisa,
sin temor a despertar,
sin ganas de huiro ser mejor.
Su ausencia de ambición
y su corazón gigantese filtran por las estaciones
sin sentir el reloj,
por eso a veces sientoque cree ser mi amo,
pero estoy seguro que
no necesita de esa soberbia.
El patio está sitiado por el sueño
y la orden es precisa,
respirar, sólo respirar.