20071122

Claudia Peña

bio-biblio

Claudia Peña (Santa Cruz, 1970) es investigadora, narradora y poeta. Publicó las colecciones de cuentos “El Evangelio según Paulina” (2003) y “Que mamá no nos vea” (2006) y los poemarios “Inútil ardor” (2005) y “Con el cielo a mis espaldas” (2007). Esta es su primera novela.

poemas

Los caballos aguerridos de mi abuelo
los caballos prohibidos
relinchan bajo mi peso.
Mientras les mancho las monturas de plata
ellos se inquietan con el olor de la sangre.

Los caballos negros del abuelo
se yerguen en dos patas
sus crines en mi cara.
Los caballos arquean las espaldas.

Esta noche abuelo
incrustaré mis huesos y mis uñas
en tus caballos delirantes.
Ya no serán tuyos los aperos y las caronas.
Ya no serán tuyas las pezuñas cortantes.

He llegado yo
hembra
infiel
y terca
para correrlos hasta espumar sus pelos
para jinetearlos hasta fundir el hierro.

Soy yo, abuelo
aquí arriba.
No me derribarán tus caballos infernales.
No desperdiciarán ellos
mi sangre en sus espaldas.
Yo domaré sus relinchos salvajes.
Sabré vencer sus cascos en el aire.
Podré cabalgarlos con la espalda
arqueada.
Acezan tus caballos abuelo
pero el día
apenas comienza.

El rito

A veces mi cuerpo se abre

para guarecer a un hombre

(hay hombres que arriban

sensibles / gigantes / perdidos).

A veces también confundo

ternura de vientre con verdad

(esa extraña costumbre que tienen

de desaparecer los hombres).

Mientras están, a veces no consigo

atrapar sus olores, el sabor.

Apenas puedo, cuando se han ido, reconstruir

su transcurrir de jadeos y mi deseo.

Se me da por pensar que la sangre

(puntual y cumplida) refleja

el atávico instinto de lavar

esa sombra, esa saliva.

Agotado el rito debo recorrer, ciega,

los punzantes días entre su piel y mi olvido

(hay ángeles que dejan

hambre de luz y suspiros).

Pero la ceguera es corta

y se diluye, ingenua, la ilusión

de domar el conjuro, mi destino.

El cuerpo no olvida:

el cuerpo permanece, por

siempre, nido.



Gustavo Cárdenas

Anabel Gutiérrez

Sebastián Molina


SEBASTIÁN MOLINA



Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. 1985

Ha publicado los libros de jaiku Después de este silencio y otra vez el silencio.




¿Cómo se expresa

lo que la música ilumina

cuando enmudece?

Pablo Osorio


PABLO OSORIO






VII

Barbie y Ken quieren ser de verdad.
En la plasticidad de sus sueños no mojados
se imaginan de carne-hueso-grasa y tristes
Barbie y Ken se echan desnudos
disfrutando la inocencia de no poderse tocar
Sin con quépordónde
Barbie y Ken toman té
y se abrazan con las brazos extendidos
como queriendo alcanzar
algo que nunca tuvieron
Barbie y Ken siempre sonríen
aunque les duela no poderse llorar
por saberse cruelmente felices
eternamente contentos
con su desgraciada perfección corporal
que tú y yo envidiamos
en nuestra propia plasticidad.



VIII

Ellos dicen
sentencian
y acusan
A lo mejor
quizás
tal vez
es posible
Que sus premoniciones
después de todo
no sean tan malas:
"Seguir adelgazando
hasta que un día
desaparezcas"

IX

Ahora es oportuno dejarse vivir
escaparse una y soñarse otra
Hoy el día está muy lindo
como para preguntarle al espejo

Es tan sencillo
Olvidarse uno y pensarse otro.
Creer que nada me falta
Fingir que nada me sobra
Perder las pastillas
las cremas
las fechas
las letras

Y soñarse lejos de la dieta
libre de las equis en mi ropa,
(esa pornografía de gente gorda)
Ahora es oportuno dejarse vivir
decirme mi nombre en vez de silueta
salir una calle sin cargar la botella
tratar por hoy día sin que nadie me vea
cerrar los ojos de aquella mi carne
y probarme mi amor
que hace tanto
que ya no me entra.



IV

La felicidad
al menos la mía
y la de tantos
tantos
tantos otros
Suele medirse
con el Índice de Masa Corporal

La tristeza
al menos la mía
y la de tantas
tantas
tantas otras
suele medirse
con el agujero del cinturón
que sin saber cómo
está cada día más lejos

La verdad
la universal
la única e imperecedera verdad
tiene sus propias medidas
y para desgracia de tantos
tantas
tantos como nosotros




Emma Villazón Richter

EMMA VILLAZÓN RICHTER



bio-biblio: Nace en Santa Cruz de la Sierra, 1983. Escritora. Lic, en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Actualmente cursa la carrera de Filología Hispanoamericana en la UAGRM. Ganó el Premio Nacional “Noveles escritores” de la Cámara Departamental del Libro de Santa Cruz con el poemario Fábula de una caída.

poemas:




AQUÍ, ENTRE FRUTOS SALVAJES


Dime ciudad,qué somos entre tus efigies de héroes y tus árboles con serpientes.

Dime tú quién eres, más allá de tu historia de sangre y furiosos jinetes.

Dime, qué hay detrás de tu paisaje de reinados, crímenes y festines.

Dime, quién sabe qué animal fui antes de recorrer tus calles presurosa.

Oh, dime ciudad, que yo entre tus hijos te miro y te miro,

y quizás todo pasar por el mundo sea así:

atarse a la imagen de una plaza con los ojos,

reconocerse parte de un olor dulce con espinas,

ser un poco de río, pradera, niño, pez y violencia.

¡Oh, ciudad de asesinos, pintura de mis recuerdos,

fundida estoy a la raíz de tu aire desconocido!
Haciéndome cargo


En algún lugar, alguien viaja hacia ti,
viaja día y noche.
Anne Carson


Trato de hacer todo con cuidado.
Se me encarga que mantenga la casa en orden
y así lo hago, primero con desesperación, luego sin pensarlo
(sin preocuparme como cuando estoy frente a la luz);
entonces barro las hojas que cubren el patio,
estiro la ropa en sogas, cocino, quito el polvo,
atiendo a los capullos de las jardineras de ladrillos:
velo su crecimiento, su raro sueño de puños cerrados.
Asumo mi tarea con sudor y culpa,
pero cuando boto las conservas vencidas por el inodoro,
me quedo allí parada por varios minutos.
Es un alivio ver cómo el agua limpia absorbe y se lleva todo.
Descanso increíblemente viendo cómo es succionado
el mal olor de nuestras vidas, y emerge de eso que parecía vómito de niño,
una espuma similar a la del mar.
Es difícil estar pendiente de la suciedad, de los restos
que dejamos en los baños, en los platos, en los pasillos,
es como estar levantando lo que el tiempo nos hace a cada minuto
en nuestra intimidad y queda con telarañas en unos rincones.
Realmente es duro, pero cuando veo esa espuma que se ha llevado
lo malo, es para mí como una canción, una que me dará fuerzas
cuando venga la noche
y no tenga otra voz
sino esa con la que contesto el teléfono.


(De: Fábulas de una caída)

Marcia Mogro

MARCIA MOGRO

Bio-Biblio: Nace en La Paz, Bolivia, el 2 de Junio de 1956. Estudia literatura en la Universidad Mayor de San Andrés. Vive en Santiago de Chile desde 1985. Han publicado sus textos en revistas, periódicos y antologías.

PUBLICACIONES

1988 "Semíramis, 16(MG).-"(poesía)
Coleccion de Poesía Joven Chilena, "Serie Fin de Siglo"
Editorial Caja Negra y Documentas, Santiago, Chile

1995 "Los Jardines Colgantes" (poesía)
Editorial El Hombrecito Sentado, La Paz, Bolivia

2000 "De la Cruz a la Fecha" (poesía)
Editorial El Hombrecito Sentado, La Paz, Bolivia

2004 "Los Jardines Colgantes" (poesía)
Editorial El Hombrecito Sentado,
La Paz, Bolivia, Segunda Edición

2005 “lacrimosa” (poesía)
Editorial El Hombrecito Sentado, La Paz, Bolivia

Mencionada por: Jessica Freudenthal

Menciona a: Fernando Rosso

Jaime Taborga

Diana Kuljis

Poemas:

DEL LIBRO “SEMIRAMIS, 16 (MG).-“

COME WITH ME TO THE FAR LANDS OF BAGDAD…

HABLA:
a mí no me han tocado
pero está oscuro

parece de noche y lloro.
lloro porque me estoy helando
y me duelen los huesos
y siento mi cabeza dolida.

ESPANTADOS DE NUESTRA SOLEDAD,
HOMBRES Y MUJERES
DE TODAS LAS EDADES
Y DE TODOS LOS PAISES,
EN NUMERO INCALCULABLE
HAN COMENZADO UNA DANZA.

Y ahora que estamos tan alto
comenzaron a botarnos
y yo pensaba:
todo se conserva en el hielo
y pensaba que entonces,
cuando me encuentres,
se va a producir un vasto incendio,
por todas partes,
extendiéndose,
hasta los confines del imperio.

ESCUCHA:
había que repartir aquél cuerpo
por todos los caminos,
por todas las apachetas,
para que sirva de ejemplo
y jamás se repitan tales hechos.













DEL LIBRO “LOS JARDINES COLGANTES”

NINGUNA MUERTE ABRIRA MI CASA
A GENTES NI A FLORES.
EL SILENCIO. Y CALLARME.

lavando ropa de sus muertos
y llorando
a lo largo del río las desventuradas
cambiaron el curso del agua
y cambiaron el paisaje por siempre
tu ciudad
horadada


así clamaban las desventuradas
durante largas noches polares
adormeciéndose
bajo los puentes colgantes
mientras el río cruza
tu ciudad como en un sueño

desventuradas
como si fuera un sueño
contra las piedras del río
el reflejo de un cielo
lejano
lejano y azul como en un sueño





















DEL LIBRO “DE LA CRUZ A LA FECHA”


pero cada vez que entrecierro los ojos,
en medio del estruendo de la batalla y la muchedumbre,
dispuesto al crimen y girando como un derviche
me pregunto si soy humano o animal,
si acaso soy el resultado de un esqueleto perfectamente estudiado
e invocado
como una dialéctica interna de mi propio pensamiento

ASI HA PASADO.
OBLIGADO.
por la noche subía a las azoteas de su palacio,
desde allí consideraba las estrellas:
"Cruza -dice-
un nunca visto firmamento
y al amanecer
el mismo cerro custodio,
mismo río atravesado
mismos jardines colgantes. . .
He venido a estar triste,
tengo doliente el corazón
tan podrido, tan sin esperanza,
tan dramáticamente opuesto
a mi estado anterior a la travesía"

deseando
cuerpo de mujer
no sirena
no ángel
el dicho capitán
con muy grande tristeza y melancolía
desplazaba su recuerdo a otros puntos del cielo
en paralelo y latitud













DEL LIBRO “LACRIMOSA”

1.
pero la ciudad impresiona
y es bella
a cielo abierto exhibiendo su cuerpo
extendido
en tamaño y diversidad
como un espectáculo de anatomía comparada
atrayendo sin contemplaciones
con su extraña y espléndida puesta en escena
ha llegado a esta ciudad
ha visto el río, los puentes
la cordillera, plazas, edificios
pero ahora
desde donde está parado
desde esta calle
mira alrededor, busca el cielo
dice:
deberíamos estar juntos
el uno junto al otro
juntos, juntos
yo contigo debería

2.
despierta ensimismada lacrimosa
siente
la sangre que avanza por sus venas
rojo cinabrio
rumor del mar desata nostalgias
desata tristezas
que los pájaros conocen
y los halcones peregrinos destacando su silueta contra el cielo
también conocen
desnuda
muestra inmaculada
su condición de cuerpo entero y en primer plano
ángulo recto y cavidades expuestas
evidenciando toda clase de trastornos
y evidenciando
perfecciones de altísimo nivel
deberíamos estar juntos
el uno junto al otro
juntos, juntos
yo contigo debería
(como una letanía invoca
inmaculada
yaciendo entre las sábanas)